Monumentos

Castillo del Marqués de los Vélez

 

El castillo del Marqués de los Vélez es el edificio más significativo de Cuevas del Almanzora, ubicado en la plaza de la Libertad, fue construido a partir del emplazamiento de la Torre Romana, ampliándose como fortaleza por orden de Don Pedro Fajardo y Chacón.

Se trata de un gran recinto amurallado compuesto por una sola puerta de acceso; encima de la cual podemos ver los escudos de armas de la familia Fajardo. Una vez en el interior del recinto nos encontramos con un patio empedrado y un anfiteatro desde el cual observamos los tres grandes edificios que alberga esta fortaleza:

Torre del Homenaje, se cree que es de época romana, mide 16x19m y está dividida en cinco plantas comunicadas por una escalera de caracol. Durante el siglo XVIII sirvió de cárcel quedando plasmado en sus paredes los deseos y fantasías de los presos.

Palacio del Marqués; se trata de un edificio de dos plantas realizado en sillería y rodeado por cuatro bastiones cilíndricos. El interior esta formado por numerosas salas que dan a un patio central, en la actualidad es la sede del Museo de Arte Contemporáneo AMC; una de las mejores pinacotecas de Andalucía.

Casa de la Tercia; edificio neoclásico que fue construido en el siglo XVIII como granero y lugar donde el pueblo tributaba el diezmo al marqués. En la actualidad alberga  la biblioteca municipal, el museo arqueológico y la sala de exposiciones la Tercia I. Anexo a este edificio se encuentra la Tercia II; sala de cristal que guarda en su interior numerosas tinajas semienterradas en el suelo así como la exposición permanente de grabados de Goya (Sala Goya)

 

Ayuntamiento

 

Preside la plaza de la Constitución, se trata de un edificio de estilo neoclásico de dos plantas, destaca el resalte circular que alberga el reloj municipal y el gran balcón de la primera planta

 

Iglesia de la Encarnación

 

Declarada Monumento Histórico Artístico, es el segundo edificio religioso más grande de la provincia, fue construida en el siglo (XVI) en el mismo lugar donde se ubicó la antigua mezquita árabe. El estado actual es fruto de diversas restauraciones, ya que la torre de la izquierda se desterró a causa de un terremoto. La puerta principal es de estilo neoclásico, mientras que la lateral y el interior son barrocas. Está dividida en tres naves y su planta es de cruz latina; alberga diez capillas, una de las cuales fue donada por una asociación minera. De gran interés es también la pila bautismal realizada en una sola pieza de mármol así como el altar y el coro.

 

Estatua de José Mª y Bajo de Mengíbar

 

Se alza en la plaza de la Constitución, junto a la fuente. El pie está realizado en mármol y la estatua en bronce; representa el agradecimiento de todo el pueblo a José Mª y Bajo de Mengíbar, conocido popularmente como el Santo Negro, ya que fue benefactor de este municipio cuando fue anegado por una riada en el siglo XIX.

 

Palacete de Don Torcuato Soler Bolea

 

Es el mejor ejemplo de vivienda burguesa perteneciente al siglo XIX, compuesta de tres plantas; destacan las columnas que escoltan la entrada principal, las rejas trenzadas de los vanos de la primera planta y el balcón corrido de la segunda planta, entre otros. El interior bien merece una visita, ya que está formado por numerosas salas nobles, la mayoría de ellas pintadas al temple y decoradas con motivos en escayola y lienzos de gran valor artístico. La escalera de acceso a la primera planta está realizada en mármol y escoltada por dos columnas dobles del mismo material. Desde ella se puede contemplar el magnifico artesonado en madera y vidrio de colores del salón de actos.

 

Lavadero público (década 1950)

 

El Lavadero público del Calvario ha sido durante décadas punto de encuentro de las mujeres del municipio, donde diariamente realizaban sus labores de lavado de ropa. Las pilas de lavar estaban ocupadas durante toda la semana por vecinas que las tenían asignadas, previo pago de las mismas. El precio establecido en esa época era de una perra chica la pila. El agua usada en el lavadero se subastaba diariamente a las 12 en punto de la mañana, para su uso en los pagos agrícolas del entorno. El precio de la subasta podía llegar hasta 300 pesetas.